V de Vínculos 
Vínculos IRL - URL
Violeta Solís Horcasitas
en conversación con Alfonso Santiago




Mientras reunía el material de mi colaboración (“F - Formatos”) para ABCDESPAC, el nombre de Violeta Horcasitas aparecía una y otra vez como un ejemplo de propuestas curatoriales que se salen del museo y de la galería para reflexionar sobre el formato de exhibición y circulación del arte. En la lista aparecían proyectos realizados por la curadora en distintas instituciones a lo largo de los últimos quince años: Speed Show, Stickers, Cedulario, E-mails de colección y Tandemmm. Decidimos incorporar a ABCDESPAC una conversación con Violeta en la que, además de revisar algunos de sus proyectos, se incluyera una selección de souvenirs para acompañar al texto. Esta plática se realizó a lo largo de varias semanas a través de un intercambio de correo electrónico, una videollamada y algunos mensajes de WhatsApp.

Alfonso Santiago: Cuando Laura y yo empezamos a trazar las líneas de las colaboraciones para ABCDESPAC, tu nombre inmediatamente nos vino a la mente al pensar en proyectos que se mueven entre lo online y lo presencial, pero también al revisar formatos de exhibición de arte más allá del museo. En ambos casos, nos pareció que la idea de “vínculo” se adecuaba muy bien a tu práctica, incluso en circuitos fuera del arte. Hablando desde tu papel como curadora y gestora, pero también como público, ¿cómo comenzaste a vincularte con eso que llamamos escena artística?

Violeta Horcasitas: Creo que fue algo que empezó de manera natural. En mis veintes, mientras visitaba exposiciones, me acuerdo perfecto haber visto en el Museo de Arte Carrilo Gil el video Lasso de Salla Tykkä y piezas de Olaf Breuning que me impactaron muchísimo. Me gustaba ir al cine y visitar museos sola, digo, también lo hacía —y sigo haciendo— con amigos, pero ambas son cosas que siempre he disfrutado hacer en soledad. Me acuerdo que compraba la hoy prehistórica revista Tiempo libre y revisaba la cartelera de exposiciones, cine y teatros. Cuando entré a Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Filosofía y Letras, comenzó la huelga de la unam y pensé en estudiar Cine, pero desistí y entré a Comunicación. De todas formas, siempre me cuento que el cine hizo que llegara a laborar en el arte. Mientras trabajaba en ficco,1 fui a entregar un sobre a Ecatepec porque en ese entonces tenías que entregar físicamente la aplicación a la beca de Fundación Jumex. Recuerdo haber visto la pieza de Ugo Rondinone que te daba la bienvenida en la fábrica y pensar que sería increíble trabajar ahí. Años después, tras un correo y muchas pruebas y exámenes, empecé a trabajar en la Fundación/Colección Jumex. Así empezó todo. Me llené de nombres de artistas, piezas y conceptos que eran nuevos para mí. Fue una etapa increíble. A la par comencé a trabajar en distintos proyectos de manera independiente. El primero de ellos se llamó Happy is a Place, el cual nació de un texto que leí en la revista Celeste,2 sobre un colectivo que se llamaba Neen y que justo trabajaban desde la web. Ahora que si hablamos de vincularnos en un sentido relacional, puede ser que byob México y Speed Show México fueran los primeros proyectos que curé en donde reunía a gente alrededor de videos y computadoras.

AS: Me gusta mucho ese recorrido que trazas porque conocí varias de las iniciativas que mencionas cuando estaban cerca de terminar (pienso en Celeste y ficco). Incluso, hay proyectos que conocí exclusivamente en Internet y me asombra que algunos, por ejemplo la página web de Speed Show México,3 sigan en línea. Siempre he creído que hay un gran hueco en la memoria reciente de proyectos que no tuvieron la misma suerte y sobreviven únicamente en álbumes de Facebook que quedaron sepultados o en los registros de artistas que se tomaron el tiempo de subirlo a sus propias páginas. Creo que una manifestación frecuente en la práctica artística realizada en los últimos diez o quince años, es el fenómeno de “links rotos”, en donde hay que hacer un ejercicio arqueológico para recuperar los registros de sucesos y acciones. ¿Tenías esto en mente cuando estabas trabajando esos proyectos?

VH: Específicamente, Happy is a Place fue una exposición que exploró la idea de lugar no solo como un espacio físico, contenido y verdadero, sino también como un territorio posible, etéreo o virtual en el que “también se vive aunque no se esté”. En la exposición había alrededor de quince artistas, entre ellas, la obra de Wyne Veen, una fotógrafa que me gustaba mucho y fue un parteaguas en mi práctica. Era 2008 o 2009, recuerdo bien que conocí este proyecto durante mi estancia en Jumex. Sentía que Happy is a Place no tenía cabida en la programación de Jumex por la línea curatorial que en ese entonces llevaba la fundación, pero tampoco encontraba mucho eco en otros espacios. Me pareció muy innovador conocer artistas que estaban trabajando desde Internet, no solo en páginas web, sino realmente pensando en las características del medio, porque muchos de los proyectos de estos artistas tienen que ser desarrollados desde un url. Por ejemplo, el artista Miltos Manetas tiene una práctica que parte de la pintura y la fotocopia y termina en impresiones de posters, pero todos los procesos se desarrollan en Internet.

En esta conversación también me parece importante vincular y hacer una especie de ejercicio archivístico de los proyectos que fueron dando forma y moldeando mi práctica, en donde la labor curatorial no solo se limita a la selección de obras, sino que se expande a las conversaciones con los artistas y a los proyectos que ellos mismos han propuesto realizar. Esto ya es más tangible en Satélite,4 en donde lo que me interesaba no era seleccionar obras que ya existieran, sino detonar soluciones a partir de la participación de los artistas, a quienes buscaba incitar. El proyecto involucra un grado de constricción para limitar un poco el pensamiento y establecer lineamientos sin los cuales a los artistas no se les hubiera ocurrido la pieza. En el caso de Satélite, esa demarcación era lo efímero, al igual que el repensar el espacio y los bordes entre lo privado y lo público. No tener mucho control sobre el resultado final lo hace muy divertido.

AS: Ahora que mencionas Satélite, creo que es un gran ejemplo de cómo se han transformado las formas en las que se circula el arte. A pesar de que las acciones que realizan son públicas y podías ir ver la fila afuera del Museo del Chopo, como en el caso de El gran camino es llano pero la gente ama los senderos (2015) de Samara Guzmán Fernández5 o visitar Cedulario (2016) la exposición de José María Velasco en el munal intervenida por Eduardo Abaroa,6 también tenían un aspecto casi anecdótico. Si alguien te cuenta de la pieza, sucede una forma de registro que va más allá de lo visual. Las acciones de Satélite me hicieron reflexionar sobre otras maneras de circular las obras y creo que esa transformación se ha acelerado estos últimos años. ¿Cuáles crees que sean los cambios más palpables en la forma en la que, no solamente se “consume” arte, sino que se “socializa”? Creo que es algo interesante que aparece como columna vertebral en tu práctica.

VH: En alguna de nuestras conversaciones previas hablamos sobre David Horvitz;7 el aspecto de la circulación es algo que me gusta mucho de sus proyectos. De igual forma, el registro de las piezas del colectivo Neen era más juguetón y enfocado hacia lo técnico, y aunque parten de lugares muy diferentes, creo que la práctica de Horvitz piensa esos registros de manera más poética, siempre tiene gestos sublimes, él también está pensando en formatos como el teléfono celular y las computadoras, pero tiene otro lado más editorial y etéreo. ¿Cómo veo esta transformación? Creo que no solo me sucede a mí, sino a muchas personas que trabajan en el arte; nos confrontamos con la imposibilidad de concretar los proyectos debido a los presupuestos. Por ejemplo, los proyectos en Jumex contaban con un presupuesto holgado para que cada propuesta se adaptara a las necesidades del curador. Tratar de imitar ese modelo desde la labor curatorial independiente es imposible. ¿En qué otro lugar se puede trabajar de esa manera? Yo creo que en ninguno; aunque, a nivel institucional, quizá en el Palacio de Bellas Artes, en el caso de ciertas exposiciones, pero no de todas. Trabajar de forma independiente o sin recursos fijos te obliga a pensar de una manera diferente; te quita algunas cosas pero te da otras. Yo creo que ahí está lo divertido, porque tener todo al alcance y tener todo resuelto, de alguna manera te hace olvidar que tienes otras opciones. La gente joven que trabaja desde su propio espacio independiente tiene que ser mucho más creativa porque no tienen recursos; creo que son unas por otras. Claro que uno siempre quisiera pensar en el cubo blanco, pero la mayoría de las veces no es posible. Entonces, ¿cómo recrear este cubo blanco? Me viene a la mente una colaboración que Aram Bartholl realizó para una revista de Guadalajara que se llama Taxi, en la cual podías hacer una galería con una página de la revista; era como jugar al museo, podías doblar y recortar la hoja, tener tu cubo blanco y exponer en él.8

Me interesan los proyectos sobre los objetos y múltiples porque son formas de pensar en el arte y las exposiciones de una manera más cercana, accesible y democrática —si se quiere ver así—, además de que este tipo de propuestas tienen un alcance mucho más amplio que las propias exposiciones.

Este periodo de la pandemia ha evidenciado más que nunca —quizá sea solo mi percepción—, lo cansados que estábamos de las exposiciones. Sí hay una añoranza por volver a ellas, pero siento que el sistema de la institución del museo cayó en ese stand-by de las computadoras, en donde el foco está prendiéndose y apagándose. Se han realizado un sinfín de debates y mesas redondas que cuestionan la dirección y pertinencia de los museos. Las cosas están sucediendo demasiado rápido y todos los espacios instituidos llevan dinámicas muy lejanas a lo que está aconteciendo afuera —en el mundo—.

AS: Estoy totalmente de acuerdo; creo que cuando hay más limitaciones que posibilidades las personas se vuelven más creativas y eso las obliga a inventar sus propias estrategias de circulación en lugar de imitar las ya conocidas.

Algo curioso que ha sucedido durante la creación de ABCDESPAC, es que varias de las conversaciones que hemos sostenido con los colaboradores giran en torno a este momento hace veinte años en el que distintos sucesos, como la apertura al público de Colección Jumex y el surgimiento de instituciones como el pac-sitac y Zsona maco, permitieron una efervescencia de proyectos por todo el país, aunque algunas de estas iniciativas se apagaron paulatinamente. Esta aparición y desaparición de iniciativas generó una suerte de “hipervínculos rotos”, evidente en muchos de los registros de exposiciones y proyectos que me tocó ver cuando comenzaba a ir a espacios independientes. A partir de esa impermanencia se generó un tipo de memoria volátil, lo cual no creo que sea necesariamente malo; quizá no todo lo que sucede tiene que terminar en un libro de consulta gigante. Sin embargo, me da mucho gusto ver cuando alguien sigue pagando el dominio del sitio web de un proyecto que sucedió hace quince o veinte años. Justo eso me pasó con Speed Show; me emociona que el sitio siga vivo después de tanto tiempo. Quería retomar ese proyecto para hablar de una especie de proceso de traducción —ya me dirás tú si es el término correcto— de propuestas que sucedían en otros espacios y países. Algo que noto en tu práctica es que no solamente traes y traduces de un lenguaje a otro, sino que retomas una estrategia específica y la conviertes en un suceso más accesible y amigable. ¿Qué palabra usarías para definir ese proceso?

VH: Speed Show me parecía interesante por el tipo de lugar en el que se llevaba a cabo, por salirse del espacio habitual de exposición; esto tiene que ver con el hecho de ceder el control sobre el resultado final. Por ejemplo, el proyecto byob9 es como una fiesta y, en ese entonces, para mí la fiesta era un momento muy valioso; no solo de socialización, sino también en términos pedagógicos. Por eso, para mí fue fundamental hacer el pódcast Cóctel: arte fiesta y desastre,10 además de que fue un lugar donde conocí a gente que contribuyó a mi aprendizaje dentro del arte. El pódcast sonaba a fiesta y desastre, borraba los límites de reverencia que suele haber en los museos. Uno no se siente relajado en un espacio de arte a menos que sea una experiencia a la que estás acostumbrado, pero, por lo general, es un lugar bastante incómodo donde no puedes ser tú mismo y te sientes vigilado o que no estás actuando de la manera correcta.

Me parecía que estas iniciativas eliminaban esa incomodidad y la llevaban a otro lugar. Las propuestas eran una mezcla de lugares y acciones, algo como: “vamos a una exposición en un café Internet; ahora vamos a hacer una fiesta en un museo y que cada quien traiga sus piezas”. Me interesaba quitar esos momentos de solemnidad. Me era importante traer esas acciones al contexto mexicano, sobre todo, para verlas. Muchas de las cosas que hago son porque las quiero ver; más que como curadora, como público. Digo, hay muchos proyectos que se han quedado en el mero deseo. Quería traer alguna vez a Lucky Dragons11 y presentar Make a Baby, un performance que después hicieron en el Museo del Chopo. Siempre me llamó la atención el trabajo de estos artistas que, aunque son músicos, realizaron un performance que ahora en tiempos de covid, sería impensable: utilizaron un sintetizador que convierte el cuerpo de los asistentes en un instrumento más; entonces, al momento de tocar a otra persona se generaba otro sonido. Me parecía una pieza muy padre; en algún momento pensé en llevarlos a La Tallera.

Lo que hago por medio de mi trabajo curatorial, más que llamarlo traducción creo que es un proceso de espectaduría. Ahora estoy pensando en traer unos videos de Petra Cortright, porque nunca los he visto expuestos en un museo. Me gustaría retomar esos videos que fueron importantes para mí en su momento. De repente siento que el tiempo pasa muy rápido, pero esos trabajos de Cortright siguen siendo súper vigentes y hay mucha gente que no los ha visto. Son videos en los que Petra se graba a sí misma; algo que ahora es casi cotidiano para muchos, pero antes era extraño y hacía que nos preguntáramos: ¿por qué se está videograbando la artista?, ¿qué sentido tiene? Esas piezas ya son parte de la historia, no nada más del videoarte, sino que hoy en día se reflejan en términos sociales.

AS: Eso habla de un presente en el que es posible hacer cosas. En algún momento era imposible pensar “voy a hacer una exposición de Modigliani” porque era algo que solo podía ocurrírsele a un “gran curador” en una institución muy reconocida, pero este tipo de propuestas que mencionas abren la opción de rehacer proyectos en escenarios distintos. Una de las transformaciones más importantes de este último año fue la posibilidad de no tener que sujetarse a ciertos modelos o estrategias de exhibición de las piezas de arte; entender que las obras pueden convivir en un sitio web, un contexto muy distinto al que estarían en una exposición de museo. No estoy seguro si la palabra sea “democrática”, pero hoy existe la posibilidad de hacer cosas que antes era muy difícil que sucedieran, y siento que hay algo refrescante en esa potencia.

VH: El papel del curador cobra un nuevo sentido ahora que todos somos productores de contenido debido a las nuevas maneras de trabajar a distancia y a que las redes sociales se han vuelto parte de nuestra cotidianidad laboral. Ya es casi imposible estar en un trabajo que no tenga que ver con comunicación o con prensa, que no te obligue a generar contenidos, sin importar la calidad de estos. Será importante revisar el material que está siendo producido por generaciones más jóvenes con acceso a redes sociales. Tanta información crea una bruma, pero al final no toda la información que esté ahí circulando va a ser buena. Me parece que si hay más posibilidades, voces e ideas, pero también hay más ruido.

Y, ¿sabes algo? Con respecto a lo que estabas platicando sobre otras maneras de contar y de la ausencia de registros, me parece que iniciativas como los Tumblrs son importantes, aunque no sé hasta qué momento vayan a seguir existiendo. O, pensando en el reciente anuncio del cierre de Yahoo! respuestas, en realidad es un registro que muestra cómo se articula el pensamiento de la humanidad en una época específica el cual es un referente al que las nuevas generaciones ya no van a acceder, va a ser como una leyenda y la gente dirá: “pues es que antes había una página...”. Siento que algo similar ocurre con cómo se ven los GIFs que han recopilado y guardado en The Internet Archive.12

AS: Una gran parte del archivo del arte contemporáneo está en blogs. Hace unos años, todo mundo abría un Blogspot o WοrdPress, pagaba el dominio y cuando se aburría abandonaba la página; pero, esta no desaparecía por estar alojada en un tipo de plataforma que mantienen los archivos en línea aunque el sitio ya no se actualice. Va a ser una tragedia cuando decidan borrar todos esos contenidos que están flotando. Más allá de recuperarla y estabilizar esta memoria, creo que es un síntoma de muchas otras cosas que están pasando al mismo tiempo. Por ejemplo, cuando una galería o espacio desaparece o cambia de nombre, sus contenidos se vuelven casi irrastreables; encontrar una imagen o información sobre un proyecto que no sucedió hace mucho tiempo se torna en una tarea complicada. Creo que hay que apelar a otro tipo de memoria y no bastaría con imprimir libros de los eventos que suceden, más bien hay que buscar otras estrategias de registro.

Creo que iniciativas como Tandemmm13 utilizan una estrategia particular a la hora de pensarse como archivos, más alejado de la idea de la sala de exposición y más parecido a la tiendita de souvenirs del museo, que apela a otro tipo de coleccionismo, uno cercano e inmediato. Creo que en ese tipo de aproximaciones curatoriales alternas hay una reflexión potente en relación a la memoria y a la economía del arte que se aleja de la especulación del mercado.



Selección de las ediciones del archivo de Tándemmm (Piezas de Obrera Centro, Marcos Castro, Mauro Giaconi, Rodrigo Sastre, Omar Barquet, N. Samara Guzmán Fernández, Yutsil Cruz, Pinto mi raya, Plinio Ávila, Perla Krauze, Benjamín Torres, Alfonso Santiago, Ana Bidart y Joaquín Segura). Cortesía de Tandemmm.


VH: La estructura de Tandemmm está pensada como un archivo porque, además de la colección de ediciones, me interesaba hacer una base de datos sobre cada múltiple. Por ejemplo: “esta edición se hizo para Bolso Negro”14 (de hecho, el programa Bolso Negro ya no existe y Casa Vecina cerró en 2017).15 La idea es convertir este archivo en algo que dure hasta que exista el internet.

Todo el tiempo surgen nuevos tipos de coleccionismo; por ejemplo, ahora que el crypto arte llegó, llegó para quedarse. La premisa de que el arte que sucede en Internet ahora se pueda vender es una propuesta muy compleja que apenas estamos comenzando a entender. Hace unos días me contaba Raúl Moyado, un artista que trabaja estos temas, sobre el gasto energético que se requiere para circular de estas piezas, y es algo que ni siquiera se está tomando en cuenta.

La pregunta sobre las nuevas maneras de archivar es muy interesante. Crear archivos online me hace pensar en una idea que aborda Werner Herzog en su documental titulado Lo and Behold: Reveries of the Connected World, donde deja entrever que el futuro de Internet no es certero. ¿Cuánto tiempo más puede durar el consumo energético que se utiliza para que Internet funcione para todos?

AS: Todos los temas que estamos tratando en esta conversación son complejos, pero van de una manera u otra moldeando lo que será el arte en el futuro —no solo la producción, sino su exhibición y circulación—. La discusión es eterna: se llevan a cabo cientos de mesas redondas y charlas para pensar en el futuro del museo y del libro, pero creo que existe poca reflexión sobre el presente de estos formatos. Esto se demostró el año pasado cuando, a raíz de la pandemia, los museos públicos tuvieron que cerrar sus espacios físicos, mudar sus contenidos a Internet y desempeñarse con equipos precarizados de personas realizando múltiples labores bajo esquemas de contratación que no corresponden a sus funciones. Hay un tipo de comunicación de contenidos para el cual nos tendríamos que estar preparando. ¿Qué crees tú que tendría que hacer una institución para mantenerse al día? Ni siquiera pensando en el futuro, sino en hoy mismo, en mayo de 2021. ¿Qué condiciones crees que tiene que tomar en cuenta una iniciativa que no es museo o galería, sino simplemente un grupo de colegas que busca generar conversaciones alrededor del arte?

VH: Eso fue muy claro para todos; pero, no es solo un problema de falta de infraestructura, sino del manejo de las herramientas que utilizamos. Me acuerdo que cuando trabajaba en La Tallera propusimos un proyecto que se llamaba Simultáneo,16 el proyecto estaba diseñado para poderse visitar online y en tiempo real. La propuesta duró siete meses, pero cada mes era una batalla contra la corriente y contra la infraestructura porque en ese momento La Tallera no contaba con WiFi y todo lo teníamos que hacer por ethernet; era un proyecto que dependía al cien por ciento del cable, no había otra. Han pasado seis años y los museos siguen en las mismas condiciones. No culpo a las personas que trabajan dentro de las instituciones porque la carga burocrática que hay en los museos ya es una batalla en sí misma. Hay un choque muy grande entre lo que se supone que debe de haber y lo que en realidad hay. El arribo de 2020 demostró que los museos no están aptos para continuar, lo cual fue evidente en la demanda de seguir produciendo contenidos a como dé lugar, sin pensar siquiera en una línea conceptual clara.

Todos estuvimos en esa misma circunstancia, pero ahora que ya estamos en 2021, creo que es una batalla que no solo tiene que pelear la gente que trabaja ahí, sino todos, como público, debemos pedir exposiciones y contenido online de otra calidad. Otro tema titánico es hablar del lugar y momento en el que se encuentra la cultura hoy en México, sobre todo en este sexenio en el que es evidente la falta de interés por parte del gobierno en la cultura y el arte. Yo creo que los museos tienen que demostrar cuál es la pertinencia de sus contenidos en línea generando esta discusión. Es momento de que lo virtual deje de solamente ser “descarga el brochure” o “te paso unas imágenes” y tenga el mismo peso que las exposiciones físicas.

AS: Pues, al final, creo que hay muchísimo por hacer. Es necesario encontrar el balance entre las posibilidades y limitaciones, al mismo tiempo en que se piensan nuevas herramientas de comunicación que nos permitan entender ese concepto abstracto de público. Muchas gracias por las referencias —que se convertirán en notas al pie del texto—.




1. El Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México, fundado por Michel Lipkes y Paula Astorga, se realizó anualmente de 2004 a 2009.

2.Celeste fue una revista trimestral publicada de 1999 a 2011 en Monterrey y, posteriormente, en la Ciudad de México.

3.Speed Show, proyecto del artista Aram Bartholl, consistió en una serie de exposiciones itinerantes y efímeras pensadas para presentarse en ciber cafés. La versión en la Ciudad de México fue organizada por Violeta Horcasitas y Geraldine Juárez y se presentó en un café Internet en la Glorieta de los Insurgentes. La curaduría Read me.txt presentó una serie de obras que tienen como principal característica el uso del texto; muchos de estos son sitios web que incorporan, ya sea elementos visuales, códigos, poesías, animaciones y vídeos o son el resultado de hacking o filtración de información confidencial.


4. Satélite es una iniciativa curatorial a cargo de Violeta, que reflexiona y problematiza sobre la institución del museo mediante dos líneas de trabajo denominadas “Acciones” y “Proyectos”. El objetivo es cuestionar los procesos mismos del museo para convertir a la institución en público de su propio espacio. Las acciones y proyectos se realizan parasitando la estructura y el funcionamiento del museo fuera de su programación.

5. Para esta acción, N. Samara Guzmán Fernández y Satélite convocaron a un evento en redes sociales sin dar muchos detalles, lo único que se sabía era que se llevaría a cabo en el Museo Universitario del Chopo en la Ciudad de México. Al llegar, las personas se encontraban con una fila que se planteó “como una oportunidad para convivir con gente que no conoces; una espera en donde no se está haciendo algo”, según palabras de la artista.

6. En Cedulario, Eduardo Abaroa y Satélite realizaron una intervención muy sutil a la exposición Territorio ideal. José María Velasco en el Museo Nacional de Arte. El ejercicio consistió en producir una serie de sudaderas con nuevas cédulas impresas en la espalda, las cuales fueron usadas por voluntarios que se paraban junto a las obras en la sala de exposición para centrar la atención en los aspectos políticos, estéticos y científicos de la obra de Velasco que pueden investigarse de manera informal y transdisciplinaria.

7. David Horvitz es un artista estadounidense que ha trabajado con distintas estrategias de publicación, arte correo, fotografía y performance.

8.Online Gallery Playset es un proyecto de Aram Bartholl que consiste en un archivo descargable para armar una maqueta de un cubo blanco que se instala sobre una computadora para generar exposiciones en miniatura.



9.byob: Bring your Own Beamer es un proyecto iniciado en Berlín por el artista Rafaël Rozendaal. La idea consiste en convocar artistas a proyectar e intervenir, con imágenes, GIFs y videos un espacio durante una noche. Hasta el momento, BYOB se ha celebrado en más de cien ciudades alrededor del mundo. Violeta Horcasitas cocuró la versión mexicana del proyecto, la cual se presentó en Ex Teresa Arte Actual el 4 de marzo de 2011.

10.Cóctel: arte, fiesta y desastre fue un programa de radio conducido por Violeta Horcasitas transmitido por nofm-radio.

11. Lucky Dragons (Luke Fischbeck y Sarah Rara) es una dupla de artistas de Los Ángeles que ha centrado su práctica en la experimentación sonora y la gráfica autopublicada desde hace más de veinte años. Una parte importante de su trabajo es el aspecto participativo en el que el público se convierte en un creador más de sus piezas.

12. The Internet Archive es una biblioteca digital gestionada por una organización sin fines de lucro dedicada a la preservación de archivos, capturas de sitios web, recursos multimedia y software.

13. Tandemmm es un proyecto de investigación, colección y archivo de ediciones múltiples producidas en México. Entre los objetivos principales de Tandemmm está visibilizar el trabajo artístico y fomentar la inclusión de las piezas múltiples en proyectos de carácter expositivo.

14.Bolso Negro fue un programa de edición de múltiples de artistas, producidas en Casa Vecina, que tenía el objetivo de incentivar el coleccionismo de artistas jóvenes. El nombre Bolso Negro hace alusión a que no se sabía de qué artista serían las ediciones que se obtendrían, pues el modelo de compra era a través de una suscripción anual.

15. Casa Vecina fue un espacio cultural a cargo de la Fundación del Centro Histórico de la Ciudad de México, que desarrolló proyectos de arte y cultura con la intención de generar diálogos entre artistas, académicos, científicos y otros agentes culturales y las distintas comunidades del Centro Histórico.

16.Simultáneo fue un proyecto gestionado desde La Tallera en Cuernavaca en el que, una vez al mes, se proponía un tema curatorial y se invitaba a dos sedes nacionales o internacionales de arte contemporáneo (museo, institución educativa o espacio independiente) a presentar una pieza en video. El proyecto se llevó a cabo de manera paralela en tres recintos y estaba diseñado para visitarse en línea y en tiempo real. Se trataba de una plataforma de exhibición, gracias a Internet, se reunía y daban a conocer obras, creadores, puntos de vista, expresiones artísticas y espacios alrededor del mundo.






















Violeta Horcasitas
(Ciudad de México, 1979)

Curadora independiente. Su trabajo se centra en la investigación sobre procesos colaborativos, proyectos online y nuevos formatos de exhibición. Ha trabajado y colaborado en diversas instituciones del sector público y privado, tales como La Tallera en Cuernavaca, la Fundación Jumex, Casa del Lago, la Dirección General del inba y el Museo del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México. Entre sus proyectos curatoriales se encuentran: Simultáneo en La Tallera (2014), objectsfoodrooms en Proyecto Paralelo (2015), Puras cosas nuevas en Pantalla Blanca (2017) y Otra visita a la escultura (2018) y Fiamma Montezemolo. Soñar con bisontes en el Laboratorio Arte Alameda (2019). Desde 2015 dirige Satélite, una iniciativa, que a partir de diferentes disciplinas y formatos, reflexiona sobre la institución del museo como espacio de exhibición, así como Tandemmm, un archivo de ediciones múltiples de artistas.